Los pobres hijos de la revolución verde

La 'globalización' en educación provocó dependencia, y con ello, pobreza y marginalidad. Todo el aparato educativo oficial sirve a lo que se fuerza por imponer a nivel mundial e histórica: el individualismo competitivo + las tecnologías complejas, que dan base y pie a las potencias económicas. Con ese afán de monopolización son destruidas las tecnologías locales más pequeñas.
Cada localidad debe autoorganizarse y autoabastecerse de sus insumos básicos.
Los foráneos quieren hacernos creer de que los conocimientos tradicionales locales, denominados "Sistemas de CI", la biodiversidad, y la diversidad cultural están en proceso de extinsión.
Pese al hecho de que una parte del CI se pierde naturalmente conforme las técnicas y herramientas se modifican o caen en desuso, la pérdida actual reciente está acelerándose debido a las imposiciones veladas a través de medios de comunicación prestigiosos, y a las manipulaciones relacionadas con la supuesta modernización y homogeneización cultural.

El "sistema" mercantilista foráneo impuesto y reafianzado por los gobiernos coimeros impiden por todos los medios a su alcance el desarrollo armónico y coherente de las sociedades locales. Frente a esa deshonestidad, esta mentira y esta falta de propósitos colectivos resulta muy difícil dar el salto hacia prácticas sociales, políticas, legales, educativas y ambientales sanas, erradicando tanto el monocultivo como toda otra forma de homogeinización. La pertinencia, el sinceramiento, la autenticidad, exigirían de la gente vpluntad para asimilar y asumir conocimientos apropiados, ojo avizor, capacidad de decisión, mano hábil, y mucha paciencia. O sea, voluntad y trabajo coordinado.

Debido a la pronta disponibilidad de muchos alimentos comerciales, parte de la biodiversidad parece ser menos importante, tales como las variedades de semillas y cultivos producto de la selección a través de los años por sus atributos de almacenamiento por largos períodos.
A corto plazo, el uso de químicos parece reducir la necesidad de acomodar las variedades a condiciones difíciles, lo que contribuye a la desaparición de las variedades locales.
Pero la uniformidad es una estrategia pobre para el largo plazo.
Conforme avanza la deforestación, ciertas plantas medicinales escasean (y el conocimiento o la cultura asociada a aquellas plantas también decae).
Cada día se pierde más conocimiento como resultado de la desorganización de las vías tradicionales de comunicación oral. Ya ni los niños ni los adultos pasan tanto tiempo en sus comunidades (por ejemplo, algunas personas viajan a la ciudad a diario para asistir a la escuela, para trabajar, o para vender sus productos agrícolas; muchos jóvenes ya no tienen interés en aprender los métodos tradicionales, o carecen de la oportunidad para ello). Se hace más difícil para la generación mayor el transmitir su conocimiento a los jóvenes.
Dado que el conocimiento tradicional basado en la experiencia se transmite por vía oral, es vulnerable ante el cambio rápido, en especial cuando la gente es desplazada o cuando los jóvenes adquieren valores y estilos de vida diferentes a los de sus mayores.
Los agricultores tradicionalmente mantenían sus variedades locales de cultivo, guardando sus propias semillas u obteniéndolas ya sea por medio de redes familiares y comunitarias o mediante intercambios con comunidades vecinas. Algunas de estas redes tradicionales han decaído o ya no existen.
En el pasado, los foráneos (por ejemplo, los científicos sociales, físicos, y agrícolas, los biólogos y las potencias coloniales) hacían caso omiso de los conocimientos locales, o lo despreciaban, calificándolo de primitivo, simple, estático, “no conocimiento”, o folclor. Este abandono (cualquiera sea su causa -racismo, etnocentrismo, o modernismo con su fe absoluta en el método científico-) ha contribuido al decaimiento de los sistemas de conocimientos locales por falta de uso y aplicación. Este legado persiste en la actualidad. Muchos profesionales todavía muestran su escepticismo. Además, el feroz colonialismo vigente hace que la propaganda oficial presente las metodologías y culturas locales como atrasadas o pasadas de moda y a la vez fomenta una sola cultura y una sola lengua a expensas de las culturas locales. Y es la educación 'oficial' la que refuerza esta actitud negativa. Las percepciones (erróneas) de la gente local en cuanto a especies locales o sus propios sistemas tradicionales necesitan reconstrucción. Algunas gentes y comunidades han perdido la confianza en la capacidad local de ayudarse a sí mismas y han llegado a depender de soluciones externas para sus problemas locales.