La tarea de aprender a ser "personas"

Ser "persona" es ser honesto. Se es honesto con los otros, sean gente, animales o plantas. Se es honesto con los elementos, el agua, el aire y la tierra.
Ser honesto es ser respetuosos, ver al otro, tenerlo en consideración.
Nos volvemos personas con el tiempo y mediante el aprendizaje. Al renunciar a los instintos puros, entonces nos toca aprende, pensar, imitar; a veces equivocarnos, entonces pedir perdón, e intentarlo otra vez. Se trata de una tarea ardua a la que es preciso ponerle intención.
Las poderosas fuerzas del entorno son generosas y peligrosas, entonces las observamos, las vigilamos, las acatamos; nos volvemos hijos de ellas, para congraciarnos.

No somos dueños de nada, ni de nuestro cuerpo, ni de nuestras necesidades, ni de las aguas dulces o la fertilidad del suelo
La naturaleza nos otorgó un cuerpo armónico con el ambiente. Nuestros deseos son compatibles con lo que hay; nuestros deseos nos guían bien. Nuestros sentimientos nos guían bien. Nuestros pensamientos nos guían; y además la palabra a lo largo del tiempo permite compilar la sabiduría y con ello hacer a cada nueva generación más persona.