martes, 16 de septiembre de 2008

Currícula indoamericana

Principios Básicos comunes a todos los pueblos


1. LO SAGRADO y las actividades y tareas

El Cosmos, constituido por el firmamento visible desde el lugar de uno, el suelo de aquí, y las profundidades del mar y de la tierra bajo los pies, es “lo Sagrado”.
Lo Sagrado es la realidad concreta y presente que nos da vida y nos sustenta.
Toda teogonía indígena explica esta sagrada realidad.
La realidad sagrada tiene movimientos y ciclos que son los que determinan el quehacer vegetal, animal y humano en cada lugar.
El humano puede sacar provecho de estos ciclos, pero no está autorizado a alterarlos, modificarlos y, mucho menos, destruirlos.
Los calendarios son las magistrales creaciones de la inteligencia de los sabios, que los diseñaron observando cuidadosamente los fenómenos que acontecen en el cielo, en la tierra y en las profundidades, en el espacio territorial de la etnia.
2. Derecho de ocupación
Sólo los integrantes del pueblo nativo conocen el propio lugar; sólo sus miembros pertenecen a ese lugar. La adecuación mimética con el territorio es lo que otorga derecho de ocupación, durante milenios.
3. 'Dios' Sol
Los ciclos de vida en el aquí - la superficie-, los fenómenos de renacimiento, regeneración y fructificación, dependen de la intensidad de la radiación solar.
La Biosfera CHON (Carbono-Hidrógeno-Oxígeno-Nitrógeno) recibe su vida del Gran Sol. Si no fuera por el Sol, habría oscuridad y nada podría crecer: la tierra estaría privada de vida. Entonces, somos dependientes de ello.
3. Tiempo circular: la Dualidad de ida y vuelta
El planeta gira en torno al Sol.
El eje de la Tierra a su vez cumple ciclos durante su trayectoria ligada al Sol.
La galaxia gira en torno aun centro de gravedad más poderoso que el suyo.
El Sol gira alrededor de masas intergalácticas con mayor fuerza de gravedad que la suya.

Si un Sol fijo y persistente fuese el único que actuara sobre plantas y animales, el calor sería mucho más intenso (tal y como sucede cuando el eje de la Tierra está en posición más erguida). Pero el eje de la Tierra gira y se voltea, dando lugar a los climas templados y a plantas y animales más modestos y reducidos.

4. Cuatro estaciones en las zonas subtropicales. Tres niveles de fenómenos: los de arriba, los del suelo, los de abajo. Cuatro puntos cardinales sometidos a estos cambios de estaciones y a los fenómenos del aire, el suelo y el subsuelo. Cambio y regularidad. Movimientos previsibles. Armonía y equilibrio entre lo regular y lo cambiante.

La Tierra no se enfrenta al Sol siempre en el mismo ángulo, sino que cumple una trayectoria tal que da lugar a los cambios de estaciones, opuestos en los Hemisferios Norte y Sur. Estos cambios de temperatura provocan vientos, lluvias, deshielos, y las condiciones necesarias para los ciclos vitales de plantas, animales y humanos.
El Sol evapora las aguas, forma las nubes que luego caen en forma de lluvia o nieve.
No adoramos al Sol, sólo decimos que Él es la causa de lo que acontece en el plano natural.
La persona que ejerce el rango político de Jefe Mayor, Rey, Autoridad Principal, es “Hijo del Sol” en tanto Él es la causa de lo que acontece en el plano social.
5. Democracia por mérito
No hay necesidad de grandes jefes donde cada uno sabe lo que tiene que hacer.
No importa la ambición política de los hombres; lo que importa es la habilidad para indicar y dirigir con eficiencia y oportunidad los trabajos y los desplazamientos.
Cuando la geografía y el clima hacen más sensata la coordinación laboral en comunidades reducidas, entonces ya no hay grandes jefes, sino encargados (quiénes se hacen cargo-mánagers), responsables de familias extensas.

6. El AYNI o Ley de la Reciprocidad
Los mal llamados "Imperios indígenas" no fueron más que grandes cooperativas de trabajo donde no media el dinero, o sea que se trabaja para alcanzar el autoabastecimiento. El gran prestamista es el trabajo del otro; se lo satisface devolviendo en la misma medida de lo recibido. Se infringe una ofensa – un robo- cuando se recibe y no se devuelve.

7. El TAO: Concepto del TODO INTERVINCULADO
Todas las etnias amerindias se refieren a un Principio de Unidad entre lo grande y lo pequeño y entre todo lo que existe. Por este Principio se asocian y combinan todas las cosas; se entretejen las cosas grandes con las cosas pequeñas en perfecto concierto y armonía.

8. La moral
Este sentido de Unidad, de lazo, de interrelación, es el fundamento de la Moral.
Si todo lo que cada uno hace y deja de hacer va a afectar sensiblemente el conjunto, entonces cada uno es altamente responsable de cada pequeño acto o conducta. No hay ningún movimiento o acción gratuita o sin consecuencias. Tanto aquí abajo como en el cielo, nada existe por su cuenta.
Nadie puede rechazar la ayuda que necesita, ni nadie puede negarse a que lo que está arriba, o abajo o al lado, lo complete o auxilie. La Biosfera CHON es un hogar donde todos somos necesarios para todos, y nadie deja de tener su tarea, su misión y un sentido que cumplir dentro del todo.
La combinación de lo grande con lo pequeño es la esencia de la vida.

9. Importancia primordial de los Conocimientos
Lo que existe en la Naturaleza transmite enseñanza.
A los humanos nos ha sido suplantado el instinto por la inteligencia, de modo que necesitamos aprender para sobrevivir, ya que no funcionamos automáticamente, por instinto.
Los pueblos antiguos tenían sabios y ancianos, dedicados a la observación y registro de los fenómenos, y también al intercambio de información con otros sabios. La jerarquía del sabio era muy elevada, era un honor escucharlos y seguir sus consejos.
Así es como en este continente Abya Yala aprendieron a tener en cuenta los ciclos de la naturaleza propios de cada lugar.
La enseñanza globalizada y generalizada no sirve más que para debilitar la conciencia regional.
La gente de cada región ha de ser especialista y perito en su región. Cada uno ha de concider su territorio como “el centro” del mundo.

10. Fidelidad para con la identidad
Cada lugar desde donde se mire el mundo es el centro del mudo. Esta manera de considerar el territorio impide su intrusión y destrucción.
En respuesta a estas necesidades de identificación regional, cada pueblo tiene su idioma, sus hábitos, usos y costumbres, su historia o mitología y sus nombres propios para los 'Dioses'.
Se pintaban distinto, se peinaban distinto; la heterogeneidad tenía que ver con la legalidad; cada pueblo era guardián de un lugar distinto, y los demás observaban ese derecho, adquirido por la larga permanencia y el conocimiento exhaustivo.
Cada pueblo se identifica con un paisaje, con sus árboles y con sus animales.

11. El Árbol sagrado
Cada pueblo se identifica sobre todo con un árbol autóctono de la región que ocupa, y que no nace y se cría espontáneamente en ningún otro lugar.
Esto es así porque las raíces de las plantas descienden y cuanto más abajo van, más humedad encuentran. Esto está acorde con las leyes de la naturaleza y es una de las evidencias de la sabiduría del Principio de Unidad Supremo.
Las plantas se esparcen y se siembran según la necesidad del ecosistema; surgen del suelo, por mandato “divino”, de modo que las partes que han de ser tocadas por el Sol y la lluvia aparecen por sobre el suelo, y las raíces pujan hacia abajo para hallar los minerales que les son proveídos.
Tronco y ramas creciendo hacia el Sol, raíces y semillas pujando hacia la humedad. La planta, entonces, hace dos trabajos, tiene dos tareas: subir y profundizar al mismo tiempo.
Por eso los antiguos tomaban para ejemplo de sus vidas a los grandes árboles, los lawales (alerces), los pewenes (araucarias), las palmeras caratay, las inmensas ceibas en Centroamérica; los llamaban pelwenu, "gargantas", "pasadizos del cielo": ellos comunican con los dos mundos, muestran lo que pasa arriba y lo que pasa abajo.
Las plantas jamás se quedan en la superficie, sino que crecen hacia arriba y hacia abajo; esto nos enseña los humanos nuestra doble tarea de crecimiento:
- Crecer espiritualmente, erguirnos, elevarnos hacia el Gran Poder que nos sembró aquí,
- Y profundizar nuestras habilidades terrenas, nuestra fuerza, coraje y destreza física, buscando la fortaleza que otorga el tener amplias y profundas raíces.
Para un hombre, un árbol es un ejemplo y un desafío.
Y aún resta considerar tener bellas flores y jugosos frutos.

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