No creo, sinceramente, que tu Dios te haya dado permiso para usurpar en tu beneficio el trabajo arduo y sostenido de bacterias, hongos, arqueas, virus, protozoos, nematodos, tubelarios, rotíferos, tardigradosácaros, colémbolos, pequeños miriápodos, gusanos del tipo de los enquitreidos, lombrices; todos ellos ingenieros o generadores de estructuras edáficas. No creo que tu Dios te haya dicho eso.
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